HISTORIA DE UNA DESPEDIDA...

...De solteros-as, es decir, conjunta.

Antecedentes personales: Sólo había asistido a una "despedida" anteriormente, hace más de 10 años. Aquello fue entre esperpéntico y patético por no decir inclasificable. Acabamos tres chicos y el novio disfrazados con caretas de monstruo en plenas fiestas de San Lorenzo en Huesca, con cuidado de no beber mucho porque había que volver en coche...

Lo de este fin de semana estuvo francamente mejor, si bien tampoco lo puedo meter en el saco de la ortodoxia en cuanto que fue conjunta y no hubo el menor atisbo de la/s pajarraca/s de rigor.

Para empezar eramos bastantes más chicos. A las 10.30 am quedamos en una cafetería para recoger al novio, nos juntamos 8 y fuimos a correr en karts...3 rondas: calentamiento, clasificación y carrera. Dos conclusiones, los Karts no están hechos para gente de más de 1,80 y los cabrones son muy exigentes, con nervio, y no entienden de amortiguadores ni dirección asistida...aún hoy me duele todo el cuerpo de los bandazos y la tensión. Quedé antepenúltimo y lo pasé en grande.

De ahí nos fuimos a comer algo y ya empezamos a chupar...sin prisa pero sin pausa. Luego café y copa mientras jugábamos al futbolín, a cartas...y de camino al bar donde íbamos a disfrazar al novio (y a nosotros mismos) entramos en un bingo para media hora y salimos con dos cantadas, curiosamente ambas de los cartones del novio.

Le disfrazamos de "angelota", con tetazas y superculo de gomaespuma incluidos en el vestidito blanco, peluca rubia de rizos, corona de plumas, antifaz blanco y dos alitas transparentes a la espalda...eso unido a su perilla de daba un look de lo más kitch. Nosotros nos disfrazamos de "boys" entre cachondeo y medida de protesta contra las reticencias de la novia al respecto de tener uno de verdad. Estábamos todos estupendos...antifaz blanco, camiseta blanca de tirantes, puños de camisa y cuello con pajarita, y pantalón vaquero, todos excepto uno, el jefe...camiseta negra de tirantes, antifaz negro, látigo de cuero y puños y collar de pinchos, que al grito de "SUMISOOOOOOS!!!" nos fue llevando por las principales calles de Zaragoza revoloteando al rededor del novio. Lo mejor las reacciones de los paseantes...la mayoría de sonreía, otros nos hacían fotos, otros se apartaban de nuestro camino muy cautelosos... y se oían comentarios de todo tipo ("oye, pues están buenos y todo"..."no serán gays todos estos chicos, no?"...).

A la hora convenida nos encontramos con el grupo femenino a las puertas del bar donde se conocieron los novios...ellas iban de diablesas al rededor de la diablesa mayor (la novia) escotadísima y con el tridente más grande. Unas cervezas y camino al bar que habíamos reservado (la planta baja) para cenar y seguir la fiesta...allí, y posiblemente por culpa del chupito de tequila que cayó por el camino, me puse a morir...vomitona y mal cuerpo que me duró por espacio de casi 5 horas (4 potadas), mientras los demás cenaban, bebían y se pasaban cariñosamente por donde estaba yo para tocarme los cojones...con cariño. A las tres y pico despabilé con mejor cuerpo, el justo para irme a casa...y me los dejé a todos (incluida mi novia) en otro bar...estuvieron hasta las siete, todos menos dos de los más valerosos cabronazos que conozco...LOS DANIELES...que como aves fenix siempre resurgen de sus cenizas, cuanto más si hay de por medio unas pochas en el bar del LORO...siempre tendrán mi admiración y mi cariño...lástima que yo sea tan nenaza (no es la primera vez que mi estómago me hace malas pasadas en plena juerga).

La semana que viene, la boda.