PROLOGO AL APENDICE

Como nunca me dí un golpe demasiado fuerte en la cabeza, a día de hoy sigo sin ser "creacionista"...visto lo visto tenemos que venir del mono por cojones. No obstante, si me creyera lo que cuentan en la biblia, más bien diría que el fruto prohibido lo cogió Adán por que le dio el punto o por hacer el tonto o el chulito (conductas típicas masculinas), y que Yahveh como castigo no les echó del Paraíso, simplemente le añadió la polla y los cojones y dejó que él solito se lo cargara.

A pesar de que la mujer tiene un cerebro más complejo, más intuición y más capacidad de análisis que el hombre, ni aunque viviera 1000 años podría hacerse a la idea de la carga que significa llevar el kit "pelota-palito-pelota" entre las piernas. Así a bote pronto se me ocurre una comparación bastante aproximada en la figura de un "inhibidor de frecuencias" de esos que usa la policía (a veces también los delincuentes) para anular las frecuencias de radio o micro-ondas. Nuestro cerebro masculino puede estar funcionando perfectamente pero si se "despliega la antena" (o a veces con un simple conato) el centro de mando baja unos palmos y la cosa se complica.

¿Por qué los chicos le prestamos tanta atención a nuestra cola? un Geek diría que es porque el joystick es muchísimo mejor que el gamepad, que la sensación de control del juego es mucho mayor cuando agarras bien el palo...nada que ver con pulsar los botoncitos (que nos me enfade ninguna, plis).

A lo que voy, y que conste que lo de hoy es más un llanto que una excusa, el bajovientre lastrado es a menudo fuente de conflictos...una batería de cañones que bombardea el recto juicio...una fuente de hormonas zumbadoras sin compasión. Uno puede estar totalmente enamorado de su chica que el mecanismo automático de rastreo y localización no deja de funcionar en la vida. Es como un jodido spam que todos los días recibieras al buzón del tipo "¿por qué no se está follando a todas...mariquita?".

Y para colmo hay días en los que la jodida testosterona inunda el torrente sanguíneo y se pasa de lo anecdótico a la pura tortura...y el control de la situación se convierte en toda una obra de arte. No hay conflictos morales en la mente de un hombre, sabemos lo que es bueno y lo que no, es más ni siquiera tenemos la intención razonable de querer poner cuernos...pero el impulso existe...y no hay mujer que nos comprenda (del todo).

Como soy consciente de que alguna que otra mujer (sobre todo mi novia) se ha podido preocupar o ponerse nerviosa, quiero acabar mi post de hoy con un mensaje esperanzador: LA LUCHA CONTINÚA Y SEGUIREMOS EN LAS TRINCHERAS...nunca le derrotaremos pero tampoco seremos derrotados por "el trio calavera".

Pdta: la polla es....la polla es la polla!