DECONSTRUYENDO AL HOMBRE PERFECTO

Ayer en Madrid se reunieron 3 mujeres de rompe y rasga en la presentación de la película "The Spirit": Scarlet Johanson, Eva Mendes y Paz Vega. Esto sería suficiente noticia como para hablar largo y tendido sobre la película, su director y el comic en el que está basado, pero lo que voy a aprovechar como introducción del tema de hoy son las respuestas de cada una de las divas a la pregunta "¿Qué es lo más importante de un hombre para ti?". Scarlet Johanson contestó "que parezca seguro de si mismo", Eva Mendes llevándose el índice a la sien mientras hacía una mueca dio a entender "que tenga la cabeza bien amueblada", y Paz Vega destacó "que tenga sentido del humor, que me haga reír"."DOS GARDENIAS PARA TI...Y UN NARDO". Bueno, bueno...el tema sobre las bondades del hombre, macho de la especie, en esta sociedad de hoy tan dinámica y cambiante, es tan recurrente como el devenir de los años. Me refiero a que está sometido a continuos y múltiples ajustes, al margen de que cada uno pueda tener una opinión y una sensibilidad al respecto (¡faltaría mas!). Como esto es una entrada de blog y no un compendio de sociología me voy a centrar en una de las consecuencias del proceso a la cual soy sensible y que quiero destacar a modo de pataleta para que vosotras las mujeres (hembras de la especie) reflexioneis cuando menos.
Tengo la impresión que las mujeres a la vez que reclaman y consiguen la igualdad en aspectos como el sexo, el trabajo, la preparación universitaria, etc (incluso superando muchas veces a los hombres), no están dispuestas a dejar atrás el trato cortés y gallardo de superprotección (al igual que en el machismo la mujer tiene parte de culpa, en esto otro el hombre aporta su granito de arena), lo cual unido al efecto oculto de la violencia machista da como resultado que: Uno pueda ser un tío encantador, atento, considerado, dispuesto y comprensible el 99,9% de las veces que si va y en el 0.01% restante pierde los nervios y contesta (con más o menos razón) con ironía y elevando la voz más de la cuenta, todo lo anterior se esfuma a la velocidad de la luz para convertirte en una especie de monstruo...descubres la mirada de "tío, no te conozco"...y lo que es peor, y ahí va mi queja: NO SE TE RECONOCE EL DERECHO A SOLTAR LA TENSIÓN Y EXPRESAR TU CABREO DEL MOMENTO. Y ojo, estoy hablando de que en un momento dado saques levemente los pies del plato, cuando es más que posible que tu hayas aguantado recientemente su mal humor hormonal sin rechistar (por ejemplo).
Esto se podría resumir en la célebre frase "las tías son muy raras", pero la cosa está ganando importancia y al igual que ellas se quejan de que deben ser buenas trabajadoras, madres y amas de casa (de lo de "amas de casa" en las ultimas generaciones me rio), y además estar siempre guapas y perfectas, nosotros nos podemos ir quejando de que a una mujer ya no se le puede poner ni una mala cara. Y pasa otra cosa...cuanto mejor te portas con ellas, peor toleran luego cualquier pequeña interferencia...que injusto...A mi me ha pasado a veces que me hace sentir como ciudadano de segunda sin derecho de expresión.
Paralelamente todo esto tiene otro efecto adverso, tu las mismas, las regalas, te preocupas de sus asuntos...y ellas se acostumbran tanto que de repente no paran a pensar en nuestras necesidades, ¡nos ven tan felices preocupándonos de las suyas!. Mi conclusión-recomendación es que en la pareja hay que mojarse todos por igual, hay que ser flexibles y comprensivos todos por igual...y participar en la satisfacción de cuidar al otro y satisfacer sus inquietudes en la medida de lo posible y razonable también por igual...el que crea que la relación de pareja se engrasa sola va de culo. Es como en el sexo, si no te lo curras, si no te preocupas por él, no piensas en sexo por tu cuenta para luego aportar tu propia energía sexual a la relación, la vida sexual de la pareja se acomoda por defecto y se convierte en anecdótica...y luego la chica se quejará de que su marido ya no la desea como antes, o el chico de que su mujer ya no folla (esto último estadísticamente pasa más)...¡nos ha jodido!.
Posdata: No me estoy quejando de mi actual relación de pareja en concreto (donde por otra parte los roces son muy pocos y anecdóticos), es una generalización que corresponde a mi percepción tanto del entorno como personal.