En la vida no hay arma más poderosa para alcanzar el éxito que la determinación. La voluntad como tal se queda en una simple declaración de intenciones, sin embargo la determinación es el combustible que pone en marcha los diferentes motores en pro de conseguir un objetivo. La intensidad de las acciones es mucho más notable hasta el punto de que es fácil distinguir cierto brillo en la mirada del poseído por su empuje. ¿Y qué motores puede alimentar?...de todo tipo, unos más honorables que otros... "la vocación", "el poder", "la codicia", "la sed de justicia" o la mismísima "necesidad o supervivencia". En la siguiente foto vemos varios de estos ejemplos, seguro que no hace falta que los explique uno a uno:
Personalmente en contadas ocasiones he experimentado su furia, mi motor principal es la autocomplacencia que rara vez necesita combustibles extras, unido a que me considero un tipo suficientemente hábil y versátil como para tener que recurrir a extras, y hasta la fecha bastante afortunado.
Por último os dejo un bellísimo ejemplo de determinación...todo un clásico que seguro que os hará sonreír en este primer día veraniego de verdad. Saludos y por caridad...un comentario!!!
1 comentario:
Hola, mi nombre es Íñigo Montoya, tú mataste e mi padre, prepárate a comerme... la rima... digo, prepárate a morir. Otra parte interesante de "La princesa prometida" en eso de la determinación es cómo el prota seduce la bella Betturcup (Robin Wright Penn): "Como desees", no paraba de repetir, hasta de sedujo el corazón de la dama.
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